Esta es una actividad de relajación en donde los participantes llegarán a un óptimo estado de tranquilidad imaginando que son los protagonistas de una de sus historias favoritas.
Es una dinámica sencilla de aplicar virtualmente, utilizando una plataforma de videoconferencias como ZOOM o una de audio.
Dirigido a: Niños a partir de los 8 años y adolescentes.
Tiempo: 20 minutos.
Materiales: Reproductor con música suave y motivante.
Desarrollo
Antes de empezar se explica a los participantes cómo será el ejercicio. Se les dice que cada uno va a escoger el cuento o historia que más les guste. En ese momento se pide a cada participante que diga el título de lo escogido. Se explica que imaginarán todo el cuento o historia parte por parte y serán el personaje que ellos deseen.
Se incentivará a tomar un papel actoral para que se vean ellos mismos en situaciones diversas tanto reales como ficticias.
Primero se realizará un ejercicio previo para luego pasar a imaginar el cuento. Se pide que cierren los ojos y respiren profundamente por la nariz y que exhalen lentamente tres veces por la boca. Luego se coloca una música suave y se motiva a los participantes a percibir con su imaginación sensaciones:
“Imagínate que te encuentras en el campo rodeado de flores, árboles y el pasto verde. Es un bello lugar, alzas la mirada y en el cielo ves volar un ave grande, bella que disfruta de su vuelo. Obsérvala un instante, ahora imagina que eres esa ave y que puedes volar y sientes el viento que acaricia tu cuerpo, siente la sensación de volar, sigue volando, te elevas cada vez más y abajo todo está cada vez más pequeño: los árboles, las flores, sigue volando (por un minuto se deja música de fondo apropiada). Ahora vuelve a ti, y dejas de ser el ave; estás sentado en el campo, tranquilo, respiras profundamente tres veces, permanece quieto…
En esa posición recuerda tu cuento preferido, serás el personaje que escojas, y en tu imaginación desarrolla el cuento parte, por parte, con calma vive cada momento, cada acción, cada instante, siéntete libre de imaginar. (Dejar unos minutos en ese estado, se recomienda observar a los participantes para determinar hasta qué tiempo dura el ejercicio, sus rostros relajados y de encanto indicarán el momento para terminar. Puede ser al principio de cinco a diez minutos. Con la práctica, los ejercicios de relajación pueden durar hasta veinte minutos).
Cuando se está por terminar se baja el volumen, se indica a los participantes que respiren profundo tres veces, que suelten los brazos, muevan los pies, y al momento de abrir los ojos, estiren los brazos; en ese momento se baja todo el volumen del audio y se apaga.
Para terminar se les pregunta cómo les fue, qué sintieron y voluntariamente podrán compartir sus experiencias.
Fragmento tomado del libro: Animando a leer. Autora: Lizette Mantilla. pp. 118-119.